¡Que bailar sea un deseo!

Un debate que nos debemos en la construcción de un mundo en donde quepan todos los mundos. Queremos bailar.

Por Laura Alcaide

En la imagen se ve a María Eugenia Lucero, sentada mirando a cámara, con la remera de Danza Inclusiva. Ésta es blanca y contiene el logo: Con letras azules dice danza inclusiva, arriba de danza dice danza en braille, con una letra de cada color y abajo de inclusiva lo mismo. Está enmarcado en un semicírculo por arriba y otro por debajo.

¿Alguna vez te pusiste a pensar en el vínculo entre las personas con discapacidad visual y la danza, o sencillamente creés que bailar no es compatible con la ceguera? Periodismo Femidisca habló con María Eugenia Lucero, creadora y profesora de "Danza Inclusiva", sobre éste y otros mitos en torno a la discapacidad visual y el arte, un debate que nos debemos en la construcción de un mundo en donde quepan todos los mundos.

En primer lugar te vamos a contar qué es Danza Inclusiva. Este emprendimiento es una técnica de enseñanza que promueve e implementa la inclusión de público con discapacidad visual en el baile y en las disciplinas de movimiento. Se sustenta principalmente en la importancia de conocer eventos sociales y de la cultura y tener acceso a clases de baile. Es decir, que cualquier persona con discapacidad visual pueda tomar clases del ritmo que le gusta, de cualquier técnica y en cualquier institución.

"Yo me encargo de enseñar cosas en general sobre la danza y ritmos populares. Siempre desde un enfoque aeróbico y divertido. La idea es que uno se divierta mientras aprende, sea para bailar en una fiesta, o para ejercitar; cada uno tiene su objetivo en una clase", nos explicó Eugenia acerca de su metodología de trabajo, en la cual debió realizar ajustes razonables dada la nueva modalidad virtual.

Sin embargo, a pesar de transitar un contexto de pandemia, ella no se queda quieta ni dentro de las clases ni fuera de ellas. "Estoy realizando capacitaciones docentes a diferentes profesionales de distintas disciplinas y técnicas para que puedan impartir sus clases de forma inclusiva. Por eso, todos los viernes de julio y agosto realizo una clase con cada uno de estos profes invitados para que todos y todas puedan conocer el ritmo propuesto", detalló. A su vez, profundiza en la idea de que todos tengan la oportunidad real y efectiva de conocer la danza tal cual es, sin adaptaciones en la técnica, simplemente en el diseño universal.

 Por otro lado, teniendo en cuenta que es Licenciada en dirección de arte, nos anticipó que está planificando una serie de espacios de formación relacionados con el diseño gráfico, destinado a público con discapacidad visual. Destacó la necesidad de conocer la teoría referida a la estética: tipografías, colores, etc. "Esto pertenece al mundo de la comunicación visual. Por eso quiero trabajar para que esta área sea accesible y se pueda contar".

Foto que muestra el logo: Con letras azules dice danza inclusiva, arriba de danza dice danza en braille, con una letra de cada color y abajo de inclusiva lo mismo. Está enmarcado en un semicírculo por arriba y otro por debajo. 

La falta de accesibilidad pareciera ser el motor de todas sus acciones. Por eso nos preguntamos acerca de las barreras que continúan latentes en el arte. ¡Existen? ¡Cuáles son? Para Eugenia "hay una brecha en la cual hay que trabajar para generar igualdad. Yo trabajo para eso, y lo ideal sería que se trabaje en todas las disciplinas". Y agregó "simplemente se trata de generar entornos accesibles desde su gestación para generar una igualdad. Que a las personas les pueda llegar el mismo contenido". Desde su conocimiento y experiencia manifestó las múltiples posibilidades de brindar accesibilidad para personas con discapacidad como las descripciones con un código QR o en sistema braille, aunque no descartó la exploración táctil en el arte plástico.

Danza Inclusiva en Facebook

En el ámbito de la discapacidad, ocurre muy a menudo que las actividades se observan desde una visión terapéutica. No se da de la misma manera cuando las personas no tienen discapacidad. Por ejemplo en la danzaterapia. Si bien, esta es una concepción que se aleja de la que ella pregona, aclara que no deja de ser una opción. "Siempre lo es para aquel que quiera hacer justamente una terapia, o lo necesite. Lo que decida cada individuo es una opción". No obstante, cuestiona: "lo que para mí no es una opción es arraigar eso a la discapacidad. Está buenísimo que exista, pero jamás lo asociaría a la discapacidad. Y creo que eso pasa hoy en día, que todavía se sostiene ese modelo médico, esa idea de que en la discapacidad hay que hacer cosas para curarse. Una persona que tiene discapacidad que quiere bailar no necesariamente tiene que hacer danzaterapia.

 El modelo médico rehabilitador, aquel que pretende patologizar y corregir a las personas con discapacidad, queda flotando en el aire y nos da lugar a la reflexión. Eugenia se explaya y nos marca algunas actitudes que persisten en este paradigma que, en los papeles es obsoleto.  "A veces me dicen: "vos ayudás a estas personas, qué lindo lo que hacés". Pero lo dicen desde un lugar lastimoso, y yo siento que hago accesible una clase de baile, no ayudo a nadie. También me dicen "ay, les debe hacer re bien", pensando en alejar a las personas con discapacidad o segregarlas y no en que cualquier persona cuando va a una clase de algo le hace bien porque sino no iría". Sin embargo, intenta comprender estas reacciones desde la desinformación existente en la comunidad. "Se piensa que la persona con discapacidad es diferente, que es alguien muy alejado de uno. Siempre recibo comentarios que tienen que ver con el gran corazón porque trabajo con discapacidad; y no, calculo que tengo un gran corazón, pero no por eso. Y si ayudo a alguien, ayudo a todo el mundo, me ayudo a mí misma porque hago una actividad que me gusta".

Entonces, si tu deseo es bailar y divertirte, no dudes en contactarte con @danzainclusiva

Pero jamás ignores tus deseos, ni permitas que los transformen en terapias.

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